Después de conseguir tener a todo un país con el corazón en un puño a causa de su nefasto arbitraje en la final, Howard Webb, el árbitro al que recordaremos durante años pese a haber ganado el Mundial, confiesa que las de la otra noche fueron 'las dos peores horas de mi carrera'. Sin un atisbo de culpabilidad por haber permitido a Holanda emplear la violencia hasta límites insospechados, el colegiado se encuentra actualmente descansando mientras da comienzo la Premier League.
No obstante, su permisividad para con los jugadores holandeses no le ha servido para evitar las críticas por parte de la 'Oranje', que considera se vio perjudicada por sus decisiones pese a que bien podía haber terminado el primer tiempo con un par de jugadores menos. Pocos olvidan la patada en el pecho que propinó De Jong a Xabi Alonso, los recados de Van Bommel o sus continuas protestas, pero aún así hay quien, como Robben, entiende que el título se les escapó por su culpa.
De este modo, el extremo señaló que Webb debía haber expulsado a Puyol en la jugada en que Casillas, con un pie, evitó su gol. De cualquier modo, el árbitro, responsable también en buena medida de la derrota que sufrió España ante Suiza por su particular interpretación del reglamento, indica, como no podía ser de otra forma, que pese a las críticas y a estar 'física y mentalmente agotado', seguirá adelante en tanto que 'la FIFA me ha apoyado mucho'.
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