Personalmente, la Pascua no es una celebración muy importante para mí. Pero para otras personas, comoKaty Perry, se trata de uno de los mejores momentos del año. Por empezar, organizó una gran barbacoa para celebrar con su familia y, como buena anfitriona,animó la fiesta disfrazada de conejo.
Katy se ocupó de que hubiera orejas para todos, pero –como nunca faltan los aguafiestas que le tienen miedo al ridículo- ella tuvo que tomar la iniciativa y andar todo el día, como si nada, con un pompón en el trasero.
Qué mal que estuvo Russell por no secundarla en su espíritu pascuense. Pero a Katy nunca le importó hacer el ridículo, así que no se enojó con su amorcito. Por el contrario, dicen que se mostraron más cariñosos que nunca y entusiasmados con los preparativos de su boda. Qué linda pareja.
SOCIALIZE IT →