La entrevista tiene lugar en un hotel del centro de Londres. Y sería lógico imaginar una enorme suite donde la diva australiana del pop, capaz de vender 70 millones de discos tras más de 20 años de carrera, espera tranquilamente a periodistas de medio mundo que se han desplazado aquí sólo para tener la oportunidad de hablar con ella. Nada más lejos de la realidad: Kylie ha elegido personalmente el Blakes Hotel, un pequeño pero elegante alojamiento al que prácticamente podría llegar caminando desde su casa.
Ella es una mujer bella, no demasiado alta e interesada en agradar, que en estos casos siempre es un punto a favor. Nada más entrar por la puerta (las entrevistas se hacen en grupos de tres), ella cuenta personas y asientos, y sale disparada al otro lado de la habitación para traer la silla que falta. Aunque tiene ocupado parte de su tiempo con un libreto que servirá para hacer realidad uno de sus sueños, Kylie, the musical, tiene ganas de hablar de su nuevo disco, Aphrodite (Emi). Se trata de un trabajo que ella misma cataloga como pop emocional y que este sábado presentará sobre el escenario preparado en la Plaza de España de Madrid con motivo del Día del Orgullo Gay. ¿Se animará a cantar la adaptación al castellano del primer single, All the lovers? Lo esperamos así, porque para hacer esta versión ha contado con un traductor de lujo: su novio, el modelo español Andrés Velencoso.
Mujer hoy. Parece que está usted entregada a la preparación de un musical sobre su persona.
Kylie Minogue. Bueno, es algo en lo que estoy trabajando con un buen amigo, William Baker. Pero no se tratará de un musical sobre mi vida, sino una forma de interpretar mi música. Es algo que todavía no está muy avanzado, pero se hará. Creo que será algo muy bueno, aunque yo no sea tan buena escritora (risas). Es un gran reto, pero será divertido. Todo lo que implique hacer cosas nuevas siempre está bien. También quiero volver a actuar algún día, cuando deje de grabar discos y de salir de gira.
¿Le gustaría regresar a Neighbours (vecinos), la serie australiana con la que empezó su carrera, que aún sigue en emisión?
Eso sería demasiado chistoso. Imagínate: volver a la serie Neighbours más de 20 años después de dejarla, como si no hubiese pasado nada. El otro día me preguntó lo mismo un periodista australiano; pero bueno, me lo tomé a broma.
¿Este nuevo disco es la mejor manera de saber cómo es usted en estos momentos?
Sí, creo que realmente representa mi estado actual.
Pues tenemos que concluir que está usted eufórica. No hay ni una sola balada entre los cortes de Aphrodite.
No es tiempo para baladas. Eso sí, entre la pista de baile y las canciones pop hay muchos momentos emocionales. Me gusta decir que en este disco hay pop emocionante. Hace unas noches incluso salí a bailar y resultó muy divertido. Surgió sin planearlo y no es algo que haga muy a menudo, de manera que lo disfruté doblemente.
¿Le gusta más bailar en casa, en la intimidad?
Ya sé por qué lo dices (Kylie comentó en una entrevista a un medio británico que su novio y ella, a veces, bailan desnudos por casa). Seguro que Andrés acabó harto de escucharme. Yo estaba buscando distintas maneras de mezclar las canciones, una ordenación distinta, y me absorbió tanto que las ponía en casa a todo volumen. Andrés no tenía otra opción. Así que claro, a lo largo de un día hay alguna posibilidad de estar en muchas situaciones.
¿Este tono tan optimista es definitivo?
Me siento como si estuviese a bordo de un gran barco de nuevo, como una destilación de lo que he hecho en los últimos años. He encontrado la esencia de lo que funciona y creo que mi productor, Stuart Price (responsable del Confessions on the dance floor de Madonna), ha sido muy listo no poniendo material de más en el álbum, es muy limpio y satisfactorio.
Madonna se puso una camiseta con su nombre para actuar, hace unos años. ¿Será posible verlas cantar juntas algún día?
¡Sería genial! Imagínate, como un cohete a la Luna. Me encantaría cantar uno de sus primeros éxitos, como Lucky star.
¿Nunca surgió esa posibilidad?
Bueno, en aquella gala de los MTV Awards, donde actuó con Britney Spears y Christina Aguilera, en principio debía estar yo también; pero no era buen momento para mí. No pude asistir, pero no me acuerdo del porqué.
¿Sabía usted que tenía que besarla?
No tenía ni idea de que aquello fuera parte de la actuación. Madonna y yo sentimos un respeto mutuo, ha venido a ver dos de mis giras y es genial saber que está entre el público.
¿Qué la diferencia de otras solistas, como Madonna o Lady Gaga?
Es una pregunta difícil. Creo que somos bastante diferentes, si nos miras a todas juntas. Madonna es la que lleva más tiempo, porque el resto de las chicas son bastante nuevas. Yo estoy ahí por medio, aunque el hecho de no haber empezado cantando, sino en un culebrón que causaba furor y del que hablábamos antes, hizo que la gente se identificara conmigo de otra manera.
Siempre ha comentado que cantar con U2 era uno de sus sueños. No sólo lo logró: además, el milagro se hizo realidad en Melbourne, su ciudad natal.
Mirando atrás, no sé cómo lo hice, pero estaba decidida a hacerlo. Sentía que incluso el público estaba nervioso, preguntándose si sería capaz de lograrlo. Y luego pude verlos a todos en mi camerino, cuando ellos de gira no suelen pasar tiempo juntos, y también estaban mi madre, mi padre y parte de mi familia entrando y saliendo. Fue un sueño hecho realidad.
Superar un cáncer de mama, ¿le hace valorar cosas como ésta mucho más que antes?
Sin duda. Por ejemplo, siempre me he considerado una persona compasiva; pero lo que he aprendido tras pasar por esta experiencia es mucho. Cosas así te hacen parar y reflexionar, y ahora intento reconocer los momentos buenos de mi vida. Aunque es imposible ser plenamente consciente de ellos cuando los estás viviendo, a no ser que seas un monje.
El año pasado realizó usted su primera gira en Estados Unidos, tras muchísimos años de carrera profesional. ¿Tiene la sensación de que todo se vuelve cada vez más grande?
Siento que mi carrera sigue creciendo, que sigo alcanzando nuevos lugares donde no había estado antes y que sigo llegando a un público nuevo, que no me conocía. Lo de Estados Unidos estuvo muy bien, aunque, realmente, fue un trabajo por amor al arte, perdí mucho dinero haciendo ese tour. Me cansé de que la gente me preguntara cuándo iba actuar en EE.UU., así que me decidí a hacerlo, aunque nunca había tenido tantos problemas de presupuesto, en toda mi vida. Mi mercado es limitado en ese país, pero tengo un gran cariño a mis fans que siempre me han apoyado. Así que me dije: Chicos, sólo tenemos una oportunidad de causar una buena primera impresión. ¡Hagámoslo!. Y fue genial.
Hace dos años cantó usted uno de los temas de Papito con Miguel Bosé, en Las Ventas. ¿Cómo va ese castellano?
Terriblemente (risas). Puedo decir algunas cosas, pero no soy capaz de hablar el idioma, y mucho menos de mantener una conversación. Sin embargo, he grabado una versión en español de All the lovers, que se llama Los amantes.
¿Es la primera vez que hace una versión en castellano? ¿Cómo ha adaptado la letra?
Andrés y yo estábamos viajando en coche por España y le pregunté cuál sería la traducción del título al español. Y fue él quien me tradujo la letra. Me ayudaba con cada nueva estrofa. Posteriormente, la grabé en Londres, aunque allí me hizo falta la ayuda de un traductor profesional porque Andrés no podía estar conmigo en aquel momento.
¿Entiende todo lo que dice la canción o se la aprendió de memoria?
Sí, claro, lo entendía. Aunque tengo que reconocer que algunas partes fueron muy difíciles. Lo primero que aprendí en castellano fue hace mucho tiempo: mil gracias y yo soy Kylie, estoy muy feliz de estar aquí con vosotros.
¡Buen acento!
Sí, tengo buen acento. Lo que me falta es vocabulario. Será cuestión de practicar.
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