“Estamos a salvo. América es segura. Queréis mi propiedad… ¡imposible! Pero os he hecho un gran favor. He privatizado con éxito la paz mundial.(Tony Stark)
El pasado 30 de abril aterrizó en nuestro país uno de los blockbusters más esperados del año, ‘Iron Man 2’, que se estrena hoy en EE.UU. A pesar de la fuerte promoción la película no está atrayendo tanto como se esperaba al público español, que parece aún cautivado por el vacío espectáculo en 3D de ‘Alicia en el país de las maravillas’, lo peor y más blando que ha hecho Tim Burton hasta la fecha. Tampoco deja de resultar extraño, al menos para un servidor, que la mayoría de comentarios que se están haciendo aquí sobre el regreso del personaje de la Marvel hablen de decepción, calificando el film de aburrido e inferior a la primera parte. No estoy nada de acuerdo.
En teoría, una secuela debe ser más grande, más espectacular, más retorcida y más entretenida que la anterior, pues ya no tiene que perder tiempo en presentaciones, y para compensar el efecto sorpresa de su predecesora (como apuntaba mi compañero Jesús León en su crítica). En este sentido, a mí me parece que no hay nada que objetar a ‘Iron Man 2’, cumple con todo lo que cabía esperar. Desde luego, es una película previsible, prefabricada para la taquilla, dirigida sin talento, con una trama repleta de absurdos y unos personajes imposibles, pero oye, todo eso estaba en la primera, que por el contrario tenía un primer acto de lo más plomizo y un villano de pacotilla. La secuela corrige los errores de ‘Iron Man’ y cuenta con un reparto impresionante. Para ser un producto hollywoodiense de usar y tirar, no está nada mal.
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